Hacia el gigante helado se alistaron;
A la feroz estepa se enfrentaron;
Sus recios corazones palpitaron;
Y solo... del cruel frío se espantaron.
Fueron muchos y menos regresaron;
De una severa ley, ya que atrapados,
Vieron morir a hermanos congelados;
¡Corazones calientes! y ahora helados.
Ojos fijos de azul celeste,
Brillarán para siempre desde el este,
De aquel río Volchov de hielo y muerte.
¡Allí están! ¡Son luceros permanentes!
¡Ilusiones truncadas! ¡Inocentes!
¡Aquí, la División Azul! ¡Presentes!.
Juan Castro 25/04/2004.
Fuente: Boletín "Hermandad" 2007 nº147