Trece de julio de 1941. Madrid despide a los voluntarios de la División Azul. Es una inmensa multitud enfervorizada, con emoción y ternuras de madre; pero también con vibrante espíritu de una raza que sabe cumplir su destino.
Mientras tanto tomaba tierra en el aeródromo Tempelhof el avión "Baden", que conducía al general Muñoz Grandes y a su Estado Mayor. Las palabras con que, al estrecharle la mano, acogió a nuestro glorioso general el Comandante militar de Berlín, general Hause, son firme expresión de la hermandad de los pueblos. "El Ejército alemán- dijo- siente una sincera admiración por el vuestro, general... Y en estos momentos os agradezco la participación de sangre, que es lo que vale, que ofrecéis a la lucha contra Rusia. Sed bienvenidos a Alemania y a la batalla. "Poco después llegaban también a Berlín nuestros intrépidos aviadores. España participaba ya en la batalla gigante, que traerá la victoria definitiva sobre los enemigos de nuestra Patria y de Europa. España alzaba de nuevo las armas contra el viejo enemigo que durante tres años asoló nuestra Patria. "Vais a vengar la muerte de vuestros hermanos, vais a defender el destino de una civilización que no puede morir", despidió a los voluntarios en aquel inolvidable 13 de julio el Ministro de Asuntos Exteriores y Presidente de la Junta Política, camarada Serrano Suñer.
Fuente: 1er cuaderno División azul.